Escuchando en este momento el disco por octava ocasión, trato de encontrar las palabras adecuadas para describir su octavo álbum en estudio. Avant garde es la frase que se escribe en mi cabeza.
Tomando como dogma el lema “renovarse o morir”, es un hecho que Radiohead se parece cada vez menos a aquella banda que hizo dos de los mejores discos de rock que haya escuchado jamás (The Bends de 1995 y OK Computer de 1997) para convertirse en un colectivo experimental que hace discos cada vez más difíciles e intrincados.
Kid A (2000) fue solamente el principio de su evolución definitiva y ya nunca volvieron a mirar atrás. Probablemente Hail to the Thief (2004) tenía lo mejor de ambos mundos (una mezcla entre el sonido del OK Computer y lo que vino después) pero la línea ya estaba trazada.
Los coqueteos con la electrónica surgieron desde el mencionado OK Computer para después volverse parte integral de la estructura de composición de esta banda. Escuchar The King of Limbs solamente reafirma que los guitarrazos al estilo de “The Bends”, “My Iron Lung” o la intro de “Airbag” ya no están más. Las texturas que antes fabricaban con tres guitarras han sido reemplazadas por densas atmósferas electrónicas.
El disco comienza con un loop de piano que, de inicio, suena cálido pero va distorsionando en un sonido extraterrestre que se conjunta con una percusión casi marcial. “Bloom” florece en una bellísima pieza que abre el disco de manera extraordinaria.
“Morning Mr. Magpie” es llevado por una guitarra que se asoma por encima de las capas de sonidos que van y vienen. Una caja de ritmo es apoyada por el trabajo de Phil Selway (batería) que cada vez se confunde más con las máquinas.
“Little by Little” es una canción relativamente standard, más orgánica, donde se alcanzan a percibir instrumentos que suenan a ellos mismos. Si la anterior frase no tiene sentido, debes escuchar Radiohead más seguido.
“Feral” regresa al ataque electrónico una vez más con voces extrañas sonando atrás de la principal sobre una densísima capa de sonidos. Un trip-hop en ácido…
“Lotus Flower”, el primer sencillo del álbum, suena a un track clásico de Radiohead post-Kid A, si pudiera decirse tal cosa. ¿La letra? Igual de surrealista que la música: “Slowly we offer as lotus flowers/’Cause all I want is a man upon a stick/Just to see what if, Just to see what is/I can't kick your head in”
“Codex” es la balada de piano que brinda paz al collage de sonidos que ha prevalecido.
“Give up The Ghost” parece hacerle honor a su nombre empezando con una fantasmal voz diciendo “Don’t Hurt Me” en un contexto fantasmal y melancólico. Aparece una guitarra acústica que, dado el precedente, suena extraña.
“Separator” cierra el álbum en un tono más alto con una base rítmica techno que suena a un jazz electrónico moderno.
Cómo última nota, debo mencionar que ya hay teorías conspiratorias en Internet apuntando a que probablemente haya un nuevo disco de Radiohead en corto plazo. Esto que se comenta es, primero, por la corta duración del álbum y, segundo, por el título de la última canción (“Separator”) y una línea de la letra que menciona “If you think this is over then you’re wrong”. Ojala esto pruebe ser cierto y nos hayan dejado este mensaje por algo.
El disco es excepcionalmente corto (8 canciones, poco más de 37 minutos), sin embargo, por la misma naturaleza del trabajo, te invita a revisitarlo una y otra vez para descubrir todo lo que contiene. Es definitivamente un álbum complicado, que no es para todos. Aquellos que cuenten con paciencia escucharán que, una vez más, Radiohead ha empujado los límites del rock, si así se le puede llamar a esto que hacen desde principios de siglo.
1."Bloom" 5:15
2."Morning Mr. Magpie" 4:41
3."Little by Little" 4:27
4."Feral" 3:13
5."Lotus Flower" 5:01
6."Codex" 4:47
7."Give Up the Ghost" 4:50
8."Separator" 5:20
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