De colección. El poster oficial del evento.
Unión y hermandad, con esas dos
palabras se podria describir el ambiente que se vive en un recital de
la banda de rock más grande de nuestro tiempo.
Increíble pensar que a metros de donde
se encontrará hasta hace un par de decádas el infame „muro“,
simbolo de segregación y desigualdad; reunidos bajo un mismo techo,
cientos de miles de personas, de los rincones más distantes del
planeta, se aprecian de ser una familia.
La Arena O2 nos recibe imponente y
aunque para muchos, el recinto pudiese no ser el ideal para un show
del quinteto de Seattle, al paso de los minutos entre tantos
„jammeros“ terminamos sintiendonos en casa.
X es la banda que una ves más
acompana a Pearl Jam y en esta nueva odisea trasantlántica, vaya que
lo han hecho de buena forma. Sonrientes y confiados en dar lo mejor
de si a un público impaciente, la experimentada banda de punk-rock
de Los Angeles es recibida calurosamente. Con un set un tanto extenso
y que trás varias horas de espera llega a inquietar, cierran
energicamente su número, el cuál como ya es constumbre, fue
adornado por la presencia de Eddie Vedder.
Pasadas las 21 horas, las cálidas
notas de un piano nos arropan y el primer acorde de „Long Road“
basta para enchinarnos la piel. A que nivel se coloca esta banda para
alcanzar esa magnificencia al primer tema de un recital. Sin aliento.
Nueve paises, diez ciudades y cien temas diferentes interpretados, son algunos de los números que deja este verano.
En „Why“ se rompe la solemnidad y
se desata la locura, yo que me encontraba a unos 30 metros del
escenario, no puedo evitar ser arrastrado por la ola humana y para la
tercera selección „Given To Fly“ me encuentro a escasos metros
de Vedder.
Maduros, seguros y sobre todo en
armonía, es como se percibe a estos Pearl Jam. Eddie radiante, nos
hace saber que tan importantes somos todos en este conjunto,
invitandonos a cuidarnos los unos a los otros e incluso en un par de
ocasiones nos pide retroceder un poco para evitar presionarnos en las
primeras filas. Antes de la clásica „Even Flow“ hace una pausa,
sube la madre de Mike al escenario y todos le deseamos un feliz
cumpleanos. De la misma manera, celebra el primer concierto
del integrante más joven de una familia asistente y comparte su vino
con algunos afortunados.
El primer acto cerraria de manera
frenética. Ed nos comparte su experiencia en el
Museo Ramones de la
ciudad y dedica a la memoria de su entranable amigo Johnny, su cover
favorito
„I Believe In Miracles“. Después, melenas agitadas y
gargantas desganitadas en el climax de
„Rearviewmirror“,
Los dos encores restantes son de
colección, „The End“ y „Just Breathe“ nos dan un respiro y
„Hard To Imagine“ es sublime. La interacción entre vocalista y
audiencia es tal que el interprete pierde el hilo en „Do The
Evolution“, creando un divertido momento de confusión.
„Jeremy“, „Lash“, „Black“ y
„Alive“ nos hacen regresar en el tiempo, vemos a Eddie sacudirse
y cerrar los ojos, talves tambien haciendo ese retroceso con
nosotros. „Keep On Rocking“ parecia no estar en el set, pero el
grupo no pudo ser inmune al clamor popular y la gigantesca manta
con que un nutrido grupo hacia la petición.
Siempre devastadora „Indiference“
pone de manera sospresiva el cerrojo a la velada. Amantes que se
comen a besos, manos que se entrelazan y miradas cristalinas son
algunas de las escenas que se aprecian. No hizo falta más, Pearl Jam
da las gracias da las gracias a un público dichoso y complacido,
poniendo fin a una de las ultimas reuniones familiares agendadas en
su vuelta al viejo continente.
Majestuoso concierto de un grupo que
celebra veinte anos en los cuáles ha cosechado éxito y
reconocimiento, pero lo más importante, ha dado origen a una de las
más numerosas y excepcionales, bases de seguidores en la historia de la música.