Haciendo un poco de historia, empezaré por recordar que la llamada "música independiente" se inicia casi a la par en Reino Unido y Estados Unidos, durante la década de los 80.
La palabra "Indie" se comienza a utilizar para denominar a la música rock producida generalmente con recursos propios de los artistas, o con el apoyo de pequeñas compañías disqueras emergentes. En cualquier caso, los compositores trataban de mantener siempre el control total de su música y de sus carreras.
En la isla británica, The Smiths encabezó el movimiento en Manchester. Sellos como Sup-Pop y Matador, que firmaron a bandas como Pixies, Sonic Youth y Meat Puppets originaron el movimiento en este lado del océano Atlántico.
Eso les daba la libertad de elegir cuándo y cómo lanzar su producto, tarea que en estos días se hace principalmente a través de internet, con el apoyo de la llamada publicidad de "boca en boca" y las estaciones de radio universitarias. Dichos recursos, hoy en día, han sido sustituidos por el uso de redes sociales y la radio en internet.
A principios de los 90, bandas como Nirvana, Soundgarden y Mudhoney fueron firmadas por el sello Sub-Pop, antes mencionado. Éste sería la clave para la explosión del llamado movimiento "grunge", por demás conocido.
Pese a todo el éxito que estas bandas tuvieron en el "mainstream", el "indie" conservaba un bajo perfil. Hasta que, en el año 2000, llegó el "boom" absoluto de bandas como The Vines, The Hives y Modest Mouse, que empezaron a escalar las listas de popularidad con sus canciones.
Pero sería hasta la aparición en escena de The Strokes que el movimiento tendría un vertiginoso ascenso. Cinco jóvenes de Nueva York con la peculiaridad de ser herederos de ricas familias decidieran empezar una carrera por sus propios medios. Enviaron demos incluso a estaciones radiales del Reino Unido y vaya que el plan funcionó.
"Last Nite" se ofreció como descarga gratuita durante la campaña de lanzamiento de su primer EP, "The Modern age" (2001). De ahí obtuvieron un contrato para grabar su primer disco con RCA.
¿Cuál sería el efecto de estos chicos que, a partir de música con un sonido peculiarmente "vintage" y un alto sentido de la moda, sentaron las reglas en cuanto a imagen y sonido "Indie" para sus contemporáneos? Ellos en Estados Unidos, The Libertines en Europa.
Jeans rotos y ajustados y camisetas, sacos y zapatos que parecían salidos de una tienda de segunda mano son piezas de diseñador que cuestan más de lo que muchos ganamos en una semana. Aunado a esto, una actitud de desfachatez que da el saberse libre y dueño de su carrera.
Con el éxito alcanzado y los ojos del mundo vueltos hacia ellos, muchos artistas no pudieron evitar sucumbir ante los medios más tradicionales de promoción, y verse atados a las cláusulas de un contrato discográfico. Pese a ello, algunos conservaron cierta independencia y control de sus carreras.
Bandas como Death Cab for Cuttie, Bright Eyes, The Flaming Lips, Broken Social Scene y The National empezaron a llamar la atención de la prensa e incluso llegaron a ser nominados para premios "Grammy", algo que antes hubiera sido impensable.
Pasaron los años y llegamos hasta la "Clase del 2005". Entonces grupos como Franz Ferdinand, Interpol, Arcade Fire, Kings of Leon, The Killers, The Magic Numbers y Kaiser Chiefs saltaron a la fama mundial. Muchos de ellos, a pesar de tener ya uno o dos álbumes bajo el brazo.
Si hay alguna coincidencia en muchos de estos grupos, es el uso de internet como medio de difusión, particularmente de Myspace. Este sitio fue la plataforma para que dos sucesos de la música alcanzaran el estrellato de la noche a la mañana: Lilly Allen y Arctic Monkeys.
Ellos, a partir de la distribución, el contacto directo con los fans y el intercambio de información, obtuvieron una base de fanáticos que no pasó desapercibida ante las compañías discográficas.
Todo, hasta este momento parece un cuento rosa, pero ¿qué pasa con la crisis en la industria musical? A la par de estos sucesos, la facilidad que brinda el intercambio de archivos a través de la red repercute en las ventas de discos. Eso obliga a muchos artistas de gran nombre a utilizar los medios informáticos y a copiar mucho del esquema de trabajo de "Indie".
En busca de ofrecer ese "plus" a los fans y mantener ese contacto y esa atención, bandas como Radiohead y The Smashing Pumpkins se han mantenido a la vanguardia. Han lanzado discos o sencillos gratuitos por la red, entre otras estrategias de marketing.
Leía hace unos días que el "Indie" está en crisis de calidad. Los artistas que han hallado la fórmula se repiten hasta volverse copias aburridas de sí mismos. Los nuevos grupos, todos, quieren ser "Indie" y quieren verse iguales y sonar iguales. El público empieza a cansarse de ello.
Cada día surgen sellos que firman bandas que suenan parecidas a las que hace cinco años eran un éxito. Se les exige mantenerse en ese rango y se les coarta la libertad de creación e idea. Esto repite el ciclo una vez más: "el mayor enemigo del ‘indie' es el ‘indie' mismo", sentencia el texto.
Sería por eso que al surgir, alrededor del 2007, bandas como MGMT y Empire Of The Sun, fueron todo un respiro para la escena, con su propuesta de sonido "electro-rock".
Si hay que opinar del escenario actual, compartiría que a mí Vampire Weekend, a pesar de ser una buena banda, me parece que está sobrevalorada. The XX, el nuevo fenómeno británico, es una propuesta muy interesante, al igual que Two Door Cinema Club, Delphic y los recién surgidos The Vaccines.
Sobre nuestro país, donde la escena musical se ha visto inmersa en este fenómeno durante la última década, el surgimiento del sello Noiselab fue uno de los sucesos que abrió el camino a bandas como Zoé. En tanto, bandas como Bengala, Austin T.V, Los Dynamite, Hello Seahorse!, Los Concorde, Dirty Karma, DLD y Chikita Violenta, entre muchas otras, siguen buscando la manera de crear ese vínculo "fan-artista".
Consintiéndonos, así lo llamaría yo, con descargas gratuitas y shows en lugares y a precios por demás accesibles, ahí es donde, creo yo, podríamos poner de nuestra parte como seguidores para que en México se siga creando música de calidad y se apoye para que las carreras de estos artistas sigan adelante. Efectivamente, como fans somos los mejores del mundo. Tristemente, la mayoría de las veces, es de bandas extranjeras.
Claro, apoyar a una banda no siempre tiene qué ver con dinero. A veces basta hacer un click, compartir una nota o un "post" para promover nuevos talentos.
Vía: "De Sonidos Y Silencios", blog de música para De10 http://de10.com.mx/guillermoordonez.html
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