A veces me sorprende ver las extrañas
ansías del fanático musical de querer exaltar cual puño en mano en
plena turba iracunda como si estuviéramos en pleno partido de futbol
o reclamando alguna injusticia social; y ese es prácticamente el
motivo; el mencionado fanatismo, por el cual se desencadena estas
fatuas exaltaciones de tintes reformistas promulgadas, por un mero
fanatismo, en lugar de resaltar el verdadero estudio o compresión e
importancia de una banda y su legado, como si la historia del rock se
fuese a reconstruir después de años de profundo estudio y de
evolución.
Todo esto desencadenado por el lanzamiento del disco
recopilatorio de los singles de la adelantada banda peruana Los
Saicos. Su redescubrimiento fue en España, lanzando una edición
recopilatoria de sus singles sesenteros; afortunadamente respetaron
el sonido pastoso y sucio al lanzar esta grabación, él de la ya a
estas alturas clásica portada oscura del 2000 con unos Saicos en el
escenario dando cierta sensación tétrica que se confirma al
escuchar los primeros segundos del primer corte "Come On"
(no como la fea portada de la reedición del 2006 que los muestra
temerosos en un fondo blanco y cuyo sonido además fue manoseado por
producción en pro de mejorar la calidad, ultrajando la atmósfera
malicienta y mutilando vilmente el alma garage de su sonido).
De Los Saicos hasta este momento
probablemente ya se haya dicho todo, que fue una banda imprescindible
para el rock peruano; que logró desestancar a una serie de bandas
cuya referencia ya no eran más a los Beatles o a otras bandas, sino
que ahora imitaban a Los Saicos; que se adelantaron diez años a la
postura del género punk; y que resulta increíble que recién casi
cuarenta años después se esté empezando esta revaloración del
material histórico del rock que no tuvo mayor suerte que quedar
empolvándose en el sótano de los recuerdos; nunca lograron grabar
un disco en su momento, únicamente se logró rescatar un número de
singles que afortunadamente fueron recopilados y lanzados en un muy
meritorio trabajo discográfico en España que lograría reivindicar
el legado de la banda sesentera, pero a su vez levantaría polvareda
al vender el trabajo de la banda como un adelantado del punk diez
años antes en un país totalmente desconectado de la historia
anglosajona del rock, algo totalmente inconcebible para cualquier
conocedor que se jactase de haberse empapado y estudiado la historia
del rock, así como para el amante punk que terminaría fascinado por
este tamaño descubrimiento cual Hiran Bingham descubriendo Machu
Picchu: la saicomania así resurgió. No son una banda de culto, en
su momento gozaron de un tremendo éxito en Lima, y ya a estas
alturas además cualquier conocedor o amante del rock los ha
escuchado, pero su efímera existencia desde el 64 hasta el 66 desató
todo un mito tras su redescubrimiento.
Se han generado tantas historias y
mitos sobre la banda, de que fueron unos salvajes rebeldes
anarquistas en su momento, que luego de la explosión se escondieron
clandestinamente a grabar en un cine abandonado del distrito
capitalino de La Victoria dando un numero de grabaciones ocultas que
aseguran nunca pudieron ver la luz; o tal vez lo más irrisorio: que
uno de sus miembros, Rolando Carpio, de ellos tuvo una celebración
fúnebre en el Titicaca. Surgidos en pleno auge de la explosión del
rock limeño, se formaron en el distrito de Lince, sus miembros son
el bajista César Castrillón, Erwin Flores en la voz, Pancho Guevara
en la batería y el fallecido guitarrista Rolando Carpio; la poca
información y la falta de datos concretos que se registra sobre su
existencia en esos años, además de las contradicciones en las que
entrar sus propios miembros en sus últimas entrevistas (quienes ni
si quiera logran ponerse de acuerdo sobre el origen del nombre de la
banda) hacen difícil efectuar una concisa biografía, y resulta algo
molesto y fastidioso hasta cierto punto ver cómo se desarrolla tanta
parafernalia al enfocarse en su origen y su explosión sesentera mas
que en su verdadera contribución y aporte.
Los Saicos acertaron en varios puntos,
tal vez el más importante fue en dar la espalda totalmente a la
tendencia de sus contemporáneos de 'imitar' a sus referencias por
excelencia, los Beatles; y en su lugar se encapricharon en elaborar
un sonido único y primitivo, en el que se filtra el garage, el surf,
el rock psicótico, la psicodélia emergente menos pretenciosa, el
freak rock , todo esto (probablemente ellos mismos ni cuenta se daban
del estudio que estaban presentándonos) engendró una suerte de
estilo proto-punk visceral revolucionario y sin precedentes en su
momento en la escena limeña, lo más cercano que se puede nombrar es
a los 13th Floor Elevators por su caprichoso enfoque alternativo de
densidad y saturación atmosférica garage; la resonancia y energía
garaje minimalista de unos Missunderstoods, los Sonics o los Seeds;
su estilo melódico lúdico que tanto se inclina a un Zappa o a los
Monks en Alemania; la factura vocal desprolija a lo The Godz o
Beefheart; y una puesta en escena brusca y violenta cuya postura
chulesca y desenfadada de su sonido global adelanta a unos Stooges o
MC5 en la escena proto-punk de Detroit, pero lo sorprendente es que
todo esto lo lograron mucho antes o a la par de sus mencionados
contemporáneos, sin si quiera probablemente haber escuchado alguno
de los trabajos de sus mencionados colegas del género; estamos en
1965 señores, la globalización en esos tiempos (por lo menos en el
apartado musical) no era como ahora en la que fácilmente uno puede
saber qué es lo que está pasando al otro lado del mundo en lo que
corresponde la escena musical, alejados totalmente de la
sofisticación de recursos de estudio de las mencionadas
agrupaciones, Los Saicos lograron construir su propuesta musical sin
evidentes puntos de referencia,
Otro de los ciertos fueron sus textos,
a diferencia de muchos fueron una de las primeras que se atrevió a
presentar textos en español, en esa época se puede recopilar los
primeros trabajos influenciados por el merseybeat de los Beatles en
los Shakers de Uruguay o los Gatos Salvajes en Argentina, pero su
contenido lírico hacía clara referencia al estilo de los Beatles,
los Saicos por otro lado escribían historias extrañas y morbosas,
no les interesaba ahondar sobre relaciones amorosas ni profundizar
sobre el enamoramiento o la desdicha amorosa, su propuesta era
agresiva y explicita: la celebración de la muerte del gato mayor,
demoliciones de estaciones de tren, desprolijas declaraciones de
salvajismo, perturbadores lamentos afligidos del prisionero de
Alcatraz, exploran conceptos totalmente alucinados para cualquier
banda de mediados de los sesenta, basta con escuchar "Camisa de
Fuerza", una canción única en su especie con disparatados
textos sin precedentes que ninguna banda en español en su momento
hubiera podido escribir; además de que, mientras que para la
psicodelia anglosajona la fuente de inspiración fue el excesivo
consumo de drogas y el ácido tanto para el apartado instrumental
como para el apartado lírico, por estos lares los vicios eran otros,
siendo el alcohol el brebaje recurrente de la juventud de mediados de
los sesenta, quien sabe si habrán estado borrachos o no cuando
compusieron esta canción, lo cierto es que es un excelente
muestrario de eclecticismo lírico musical en español.
Erwin Flores destaca en el apartado
vocal adelantándose al ensimismamiento de Johnny Rotten, su
caprichoso estilo vocal, o carencia de este, acierta en la
acentuación de la tensión y catarsis de su sonido, acerba, burda,
chusca y antiestética, grita sin inhibiciones y lanza sus viscerales
alaridos con tamaña intensidad que convence en la angustia
histriónica de su oferta; todo esto envuelto en un fondo
instrumental tétrico, lúgubre, casi se logra oler la fétida
descomposición del gato muerto regado en el suelo alrededor de la
celebración macumba, se puede sentir a la chusma palurda en plena
agitación convulsiva política al escuchar "Demolición";
logrando epitomizar contundentemente el alma del garage-rock, crudo y
desnudo.
¡Ah!,
y finalmente cuatro puntos importantes: Los Saicos no son la primera
banda punk de la historia; ni el punk nació en el Perú (fue un
agitado movimiento musical y cultural de los setenta, no se creó con
las canciones de los Saicos como “Demolición” pues como indica
el mismo Cesar Castrilló: "Había mucha paz en esa época"); ni debemos reconstruir la historia del punk para que el centro de
estudio sean Los Saicos y no los Ramones (quienes de hecho
seguramente nunca en su vida escucharon a la banda peruana ni la
tuvieron como referencia o influencia para su sonido, y lo más
probable es que tampoco de ninguna banda punk de los setenta por
motivos obvios como el idioma y la accesibilidad de su trabajo en el
mercado anglosajón en esos tiempos), ni tampoco debemos efectuar
insulsas comparaciones impulsadas por nacionalismos falsos que buscan
pintarlos como más rudos o verdaderos punks en comparación
con los Sex Pistols y otros (comparación que en lugar de enaltecer
el rock nacional peruano, lo hunden en un agujero de frustrados y
resentidos y en insulsas ansias de reforma); no caigamos en ridículas
descontextualizaciones musicales impulsadas por puros fanatismos
eventuales; el rock es un arte, no es un deporte, el rock no tiene
hinchas o fanáticos, el rock tiene oyentes, almas sensibles que
pueden apasionarse con la melodía pop de McCartney como con el hard
rock de Black Sabbath, el rock no es una competencia como lo pretende
lamentablemente presentar los tantos galardones que otorgan disque
academias conocedoras de la música (¿Real Diccionario del punk?,
¿Academia del punk? ¿Qué es eso?), que pretenden buscar el mejor
disco del año, o la mejor grabación, una aberración totalmente
inaceptable que presenta a la música como un ejercicio rudimentario
sin alma lejos de su verdadero valor.
Si vamos a empezar con esta
suerte de reforma musical de la historia del rock, entonces que no
les sorprenda que en alguno de estos días se defina a Amon Düül II
como proto-post.rock (tamaña contraproducencia) o se proclame de
manera irrefutable al "Plastic Ono Band" como el primer
disco EMO de todos los tiempos... ¿a ver qué opinaría el mismo
John Lennon si estuviera vivo?.
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