jueves, 10 de noviembre de 2011

"Los 10 mandamientos de un melómano"

Hoy en día, la facilidad con la que tenemos acceso a la música desde cualquier medio, ha hecho que forme parte esencial de la vida de cualquiera que cuente con la más minima tecnología para reproducirla, antes, para darse el gusto era necesario invertir en adquirir un reproductor, un álbum o un casete; en la actualidad, basta con tener un teléfono decente para intercambiar material, y ni hablar de computadoras, tarjetas de memoria y demás artilugios, con los cuales es posible, como si se tratara de una bodega industrial, almacenar monstruosas cantidades de música, lo cual además de romper con la belleza de la tradición, implica también un delito.

Podría dar muchos ejemplos de cómo los avances tecnológicos han acercado más a las masas a esta expresión artística, así como también han hecho que el concepto y la parte romántica de ser un "amante de la música" se haya distorsionado hasta casi desaparecer. Así que si tú eres uno de esos que se dicen melómanos, seguramente te sentirás plenamente identificado con esta nota y sino, creo que deberías de invertir más tiempo y dinero en apoyar la causa. Pero vámonos por partes y poniendo en orden las ideas.

Comencemos por aclarar que es un "melómano". El término "melómano" proviene de los vocablos griegos "melos" (canto) y "manos" (manía), por lo tanto la melomanía es la pasión y entusiasmo por la música.

Ahora bien, hay de pasiones a pasiones, y la melomanía, según los expertos, no es considerada un trastorno, por lo cual no afecta la condición del ser humano.

Como toda afición, la música requiere de tiempo, dinero y esfuerzo. Hay quienes han llevado ese amor al grado de hacer de la música su forma de vida, ya sea como músicos, productores o alguna actividad relacionada con la industria; también hay otros que afirman "yo no necesito de viajes o lujos, yo invierto mis recursos en discos y conciertos", y los más modernos juran que "soy un melómano, tengo en el disco duro de mi computadora más de 2 mil canciones guardadas".

Posturas de verdad extremas, ¿verdad? Dejémonos de aclaraciones y entremos de lleno a la lista de proverbios que todos como melómanos, deberíamos de tratar de cumplir, al menos en su mayoría...

1. Cuídate de las fiestas. Cuantos de nosotros no llevamos nuestros discos más preciados al reventón, con la intención de poner el ambiente (ok, también para tirar un poco de rostro) y al final salimos trasquilados, ya sea porque algún invitado o el "DJ" rompió un estuche, rayó alguno o en el peor de los casos, algún pasado de listo decidió llevarse alguna pieza a casa. Ahora bien, duplica las precauciones cuando tú eres el anfitrión de la reunión, porque en una de esas, hasta los discos de Celine Dion de tu mamá desaparecen.

2. No robarás. Esto viene a colación del punto anterior, porque así como tú le inviertes para comprar el material de tus artistas favoritos, también lo hace el cuate que está dando la fiesta, no te pases y mejor pídeselo prestado o que te lo copie. Hablando de robar, la descarga clandestina de música, además de ir en contra de los preceptos que como melómanos defendemos, también es un delito que afecta seriamente a la industria y a nuestros artistas. Yo no me doy golpes de pecho, créeme, a veces he pasado las mismas dificultades para adquirir un álbum, así que, por qué no, si descargas música de internet, también ponte las pilas, ahorra un poco y cómprate un disco de vez en cuando, así pones tu granito de arena y te aligeras un poco la carga moral.

3. Escucha tus discos completos. Bueno, ya invertiste una parte de tu quincena en ese disco que tanto anhelabas y ¿ahora escucharás sólo los sencillos de moda hasta que te canses para después ponerlo en exhibición en ese estante donde sólo acumulará polvo? Venga, aunque debo de reconocer que muchas veces la presión por sacar un disco, hace que los artistas (a pesar de jurar haber echo su mejor obra) graben mucho material de relleno, todo disco representa un trabajo de meses de composición y producción, por lo tanto, merece la oportunidad de ser escuchado de principio a fin; este hábito te dará la experiencia para reconocer cuando un disco es una obra redonda o una mala inversión.

4. No usarás tus discos para ligar. Esto sucede más en el caso de nosotros los hombres, quienes ingenuamente prestamos discos a aquella chica guapa que nos trae cacheteando la banqueta o a aquella despampanante compañera de clase o trabajo con la esperanza o intención de que nos haga caso o nos devuelva el favor, créanme, van a perder más de lo que van a ganar. Después de 10 años, aún sigo esperando que me devuelvan el "Californication" de los Red Hot Chili Peppers y por si se lo preguntan, no, nunca me volvió a llamar.

5. No portarás el nombre de una banda en vano. Desde hace unos años, las casas de moda han puesto de boga las playeras tipo "vintage", con el logotipo de alguna de esas bandas que marcaron época en la historia de la música, volviéndolas indispensables en el guardarropa de toda víctima de la moda, la cual, por lo general posee una pobre cultura musical, aunque si los medios para adquirir dicha prenda. Ya no es de extrañarse ver en los clubes o bares a la "chaviza" presumiendo el escudo de Guns N´Roses o The Rolling Stones (aunque jamás hayan escuchado algo que no sea "Sweet Child Of Mine" o "Satisfaction"), de pena ajena. Por otro lado, si tú eres uno de esos que a pesar de que el tiempo transcurre, las modas y los kilos, sigues portando con el corazón el emblema de tu banda favorita, siéntete auténtico y orgulloso.

6. Mantén abiertos los oídos. Ser un melómano no es conocerse toda la historia del rock, los géneros y subgéneros que ha dado el metal o la vida y obra de Kurt Cobain. Ser un melómano es conocer, experimentar y disfrutar la variedad de ritmos y sonidos que abarca el espectro musical. No te cierres, el jazz no muerde, el reggae no te convertirá en un adicto, ni el clásico en una persona aburrida.

7. Cultívate. Está comprobado que la música no sólo entra por los oídos, sino también por los ojos. Lee revistas y libros de música, ya sea sobre historia, instrumentos o biografías, en fin, los temas son de lo más variados y aprenderás mucho. Ve más cine, existen en el marcado miles de documentales y cintas sobre temas relacionados con la música, ya que desde siempre, estas dos expresiones han ido evolucionando prácticamente de la mano, si a mí me preguntan, hablando de las producciones recientes, "Crazy Heart" y la galardonada "Once" son buenas opciones.


8. Acércate a un instrumento. Sí, yo sé que no todo mundo tiene la habilidad y el tiempo para dedicarse a aprender a tocar un instrumento, a lo mejor ni siquiera se les has ocurrido, pero como pueden saberlo si aún no lo han intentado. Al principio puede resultar tedioso y hasta frustrante, pero con el paso del tiempo la satisfacción y la emoción que te brindará el ejecutar alguna pieza, será invaluable.

9. Asiste a conciertos y recitales. Todos sabemos que en México el ir a un concierto es muchas veces un lujo, los altos precios de las entradas, además de los cargos extras, siempre resultan un robo a mano armada, sin embargo, la experiencia es única e inolvidable. Creo que como melómano no hay una sensación que se compare a la emoción que te provoca el tener enfrente a tu grupo o artista favorito interpretando esa canción que forma parte de la historia de tu vida.

Ahora bien, para gozar de una buena sesión de música en vivo no siempre hay que gastar mucho, date una vuelta por bares y pequeños locales donde los talentos emergentes, noche a noche, se esfuerzan por ganarse unos pesos y dar a conocer su material, así los apoyas y conoces, tal vez, a las estrellas del mañana. Por otro lado, no todo son eventos masivos y música popular, de vez en cuando checa la cartelera de eventos que los museos y casas de cultura organizan, siempre será grato disfrutar de un exquisito recital de piano o violín.

10. Difunde la palabra. Como lo mencioné en una publicación anterior, toda la gente que trabajamos en algo relacionado con la música, lo hacemos la mayoría de las veces de manera independiente, buscando oportunidades y espacios, así que si descubriste un artista o un grupo que te agrada, un sitio web o un columnista que propone algo diferente, por qué no simplemente correr la voz. Ya está más que pasado de moda, pensar que si sólo yo escucho o conozco tal o cual propuesta, soy único y diferente, venga, si hay algo innovador y diferente, hay que compartirlo con el mundo.

Al final, ser un melómano, no es una etiqueta, es un estilo de vida y preceptos más o preceptos menos, cada uno de nosotros decidimos la forma en la que vivimos el amor por esta manifestación artística que nos hermana y hace que el mundo suene... la música.


Vía: "De Sonidos Y Silencios", blog de música para De10 http://de10.com.mx/guillermoordonez.html

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