martes, 6 de septiembre de 2011

Metallica - "St. Anger"

St. Anger (2003) fue promocionado como un regreso al sonido original de Metallica de los 80's: un Thrash que coqueteaba con el Metal Progresivo (como lo demuestra el hecho de que sus primeros 4 albumes cuentan con tracks instrumentales donde le dan rienda suelta a la creatividad).

Cuando por fin salió el disco, la reacción generalizada fue de decepción. Bob Rock lo había echado a perder otra vez...

Bob Rock es ni más ni menos que la persona que cambió el sonido de Metallica para siempre. Productor de cabecera de la banda desde el "Black Album" (Metallica, 1991), el hombre es el responsable directo de suavizar el sonido de los de San Francisco para que éste fuera más accesible para las masas.

St. Anger se quedó lejos (por mucho) de ser el album que tanto los fans originales como los mismos integrantes esperaban. Turbulencia dentro de la banda (se puede ver algo sobre eso en el documental Some Kind of Monster del 2004), los demonios que aquejaban a James Hetfield (así como su eventual rehabilitación), crisis de creatividad, la salida de Jason Newsted, la falta de solos de guitarra (¡tú muy mal Kirk Hammett!) así como el hecho de que el repudiado Bob Rock haya ayudado tanto en la composición (tomando el lugar de Newsted en el bajo) como en la producción (¿¡otra vez!?) de la placa, hicieron que el album quedara solo en buenas intenciones.

Tuvieron que pasar 5 años más para tener al digno "sucesor" de ...And Justice For All (1988). Death Magnetic (2008) suena como si siguieramos en los 80's y la banda estuviera a punto de explotar. Para esto, Metallica tuvo que cambiar de productor (gracias A Dios) y trajo a Rick Rubin. Una decisión paradójica sin duda, ya que Rubin es el equivalente de Bob Rock para otra banda que tenía mucho punch en los 80's y que lo fue perdiendo paulatinamente gracias a la producción de Rick: los Red Hot Chili Peppers.

Eso sí, aunque sea un disco fallido en cuanto a intenciones, no todo es malo en St. Anger. El primer Single del album, que cuenta con el mismo nombre, muestra a nuestros metaleros favoritos ingresando a la famosa prisión de San Quintin, no sin antes ser advertidos de que "en el improbable evento de que fueran tomados como rehenes, el Estado no negociaría su liberación en intercambio por uno de los internos". Hell yeah! "St. Anger" Rocks! Enjoy!


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